viernes, 10 de septiembre de 2010

PAULINO RIVERO PREFIERE LA ESCOLTA DE LA GUARDIA CIVIL PERO SUBE EL SUELDO A SUS POLICÍAS

El Presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, aceptó la escolta de la Guardia Civil para que le proporcionaran protección personal, ante la evidente falta de iniciativa de la Policía Autonómica Canaria, presente durante los actos de celebración en honor a la Virgen de El Socorro, en Güimar.

Paulino Rivero no dudó en aceptar el servicio de protección de la Guardia Civil, en el momento de mayor afluencia de público durante la entrada de la imagen de la Virgen a la ermita, ante la pasividad y la ineficacia de una Policía que supone una apuesta de su Gobierno, que elevó su partida salarial anual en 250.000 euros más, para evitar que sus miembros abandonen el recién desplegado Cuerpo.

La Policía Autonómica Canaria estuvo presente con quince efectivos durante los actos de celebración en Güimar el pasado día 7 de septiembre, siete de los cuales fueron inexplicablemente asignados a la protección de la parte trasera de la ermita, justo en el lugar opuesto al que requería mayor presencia policial en el momento de la llegada de la Virgen al Caserío del Socorro, necesidades que fueron cubiertas por la Guardia Civil y la Policía Local del municipio, lo que demuestra una dudosa planificación de su servicio y su falta de coordinación con el dispositivo de protección y de seguridad ciudadana establecido.

Al mismo tiempo, el Gobierno de Paulino Rivero, en su obsesión por mantener un proyecto policial innecesario y caro, máxime en los momentos de aguda crisis económica, con la tasa de desempleo más alta del país, utiliza una argucia de dudosa legalidad, corrigiendo errores del decreto que aprobó el catálogo de los puestos de trabajo de su Policía, para elevar el gasto público en nada menos que 250.000 euros al año.

Mientras, la policía autonómica se mantiene al margen de la seguridad de los canarios, sigue sin acometer sus competencias, como la custodia de la casa de su propio Presidente, que sigue bajo vigilancia de guardias civiles, o la de los edificios públicos autonómicos, por citar algunos ejemplos.

La Unión de Oficiales de la Guardia Civil quiere expresar su sorpresa ante las críticas que el PSC-PSOE ha vertido a través de su portavoz Francisco Henríquez en relación a dicho gasto, cuando es su compañero de partido, el Ministro del Interior Rubalcaba quien se reunirá en breve con Paulino Rivero salvar el malentendido que existe entre su partido y Coalición Canaria, que con seguridad venderá muy caro su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, incluyendo probablemente la exigencia de que el Cuerpo Autonómico asuma competencias que por la ley que reinterpretarán, no les permite asumir.

Un Ministro del Interior que prohíbe una manifestación pacífica y legal en Madrid, a celebrarse el próximo 18 de septiembre, sumando sus amenazas a las de bajar aún más los sueldos a los guardias civiles si no denuncian más.

El derecho de manifestación no le fue prohibido sin embargo a los miembros de las Fuerzas Armadas cuando fueron convocados por la Asociación Unificada de Militares (AUME), y tampoco fue coartada la huelga que protagonizaron los Jueces el pasado año.

Ciertamente, dicha actitud amenazadora del Ministro del Interior contrasta con el mimo dedicado a las Policías de las Comunidades Autónomas, no sólo la Canaria; mientras que la restricción presupuestaria recortó de forma crítica la oferta de empleo para la Guardia Civil en sólo 384 efectivos para todo el país, los Mossos en Cataluña contarán con un aumento de 800 para sólo 4 provincias.

Mientras tanto, las propuestas de los guardias civiles para que el Ministro Rubalcaba cumpla con la ley, que le obliga a modernizar la anquilosada estructura de la Guardia Civil, retrasada la modificación de su régimen de personal desde hace ya tres años, y reconociendo la jornada laboral que el Cuerpo Nacional de Policía posee, que chocan con las amenazas y las prohibiciones.

Los guardias civiles continuarán trabajando para proporcionar el mejor servicio a los ciudadanos, pero su desmotivación crece día a día, y sus consecuencias se han venido reflejando en las estadísticas de las actuaciones, como viene ocurriendo con las denuncias de Tráfico.


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