viernes, 22 de marzo de 2013

LOS EXPOLIOS DE LA LAGUNA A LA CIUDAD REAL DE LAS PALMAS


  Desde siempre se ha hecho creer a los GRANCANARIOS que los expolios a los derechos históricos de la Ciudad Real de Las Palmas de Gran Canaria, comenzaron con la concesión de la capitalidad del archipiélago a Santa Cruz, primero, interinamente, en las Cortes de Cádiz, a pesar de haberla aprobado en principio para nuestra ciudad ante los contundentes argumentos expuestos por el canónigo de la Catedral de Canarias, José Gordillo, pero una nave enviada por el capitán general Rodríguez de la Buria, en la que viajaba una comisión, tuvo la fortuna de coger vientos favorables y llegó prontamente a la ciudad andaluza, comunicando a las citadas Cortes que en Santa Cruz dicho capitán general había creado la prediputación, y ante esta felonía, rectificaron su acuerdo y le concedieron la capitalidad, ante la indignación de Gordillo por esta arbitrariedad. Posteriormente, durante el reinado de Isabel II, fue ratificada por el Ministro de Fomento, Francisco Javier de Burgos por un Real Decreto de 30 de Noviembre de 1833, atendiendo las intrigas del diputado chicharrero José Murphy Meade.

  Y esto no es cierto en modo alguno porque anteriormente, la considerada “buena”, La Laguna, aduló sin escrúpulos a los capitanes generales para que fijaran en ella su residencia, como así lo hicieron, siendo el primero Gabriel Lasso de la Vega, Conde de Puertollano, desobedeciendo la Real Cédula de 25 de Octubre de 1666 de la reina regente Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y madre de Carlos II, “el hechizado”, que le ordenó residir en Las Palmas como Presidente del Tribunal de Justicia, y “que no hiciera ausencia por pretexto alguno sin expresa Real Orden o caso de ser invadida alguna de las islas, pues así convenía al real servicio y buen gobierno de ellas”, y  le conmina a “que vuelva a presidir el Tribunal de forma efectiva y que no alegue pretexto alguno para justificar su alejamiento”, que hizo caso omiso de la orden real y continuó su residencia en La Laguna. El primero que recibió licencia real para “habitar en la isla que tuviera por conveniente para la defensa de las demás” fue el capitán general Benavente y Quiñones (1697-1700), alegando los siguientes generales-presidentes pretextos para la residencia en Tenerife. Gabriel Lasso de la Vega fue acusado y juzgado de la comisión de ocho delitos, siendo el principal el incumplimiento de la Real Cédula citada que le ordenaba residir en Las Palmas, y fue absuelto de unos y perdonado de otros, entre estos el de su residencia en nuestra ciudad.

  En 1773, el Cabildo de La Laguna intentó vilmente apoderarse de la Real Audiencia, que no consiguió por la valiente oposición de su fiscal y del Obispo de Canarias. El lagunero Antonio Porlier, Secretario de Estado de Gracia y Justicia de Carlos III, intrigó sobre el monarca para que le concediera la Universidad a su ciudad natal, consiguiéndolo al despreciar el rey los superiores derechos de Las Palmas y, además, obligando a su Ayuntamiento y al Obispado de Canarias a aportar sustanciosas cantidades para su mantenimiento. El indigno y nefastísimo Fernando VII también cedió ante las intrigas de otro lagunero, su confesor Antonio Bencomo, y presionó ante el Vaticano para la división del Obispado de Canarias, creándose el de Tenerife, con sede en La Laguna, y también, para complacerlo, le volvió a  otorgar la Universidad, que prácticamente había desaparecido. 

¡De qué “buenismo” de la Laguna se nos quiere convencer! Ella  fue la escuela en la que aprendieron los chicharreros cuando Santa Cruz era su arrabal portuario. Pero fue víctima de su innoble ambición porque el comandante general Lorenzo Fernández de Villavicencio, marqués de Valhermoso, trasladó su residencia a dicho barrio porteño, y él y sus sucesores se dedicaron a favorecerlo descaradamente en perjuicio de la capital de la isla, y principalmente de Las Palmas. Y también perdió la “gloria” de la victorita sobre la flotilla de 9 embarcaciones con 700 hombres mandada por el capitán de navío en funciones de contralmirante Horacio Nelson, que casi todos los historiadores atribuyen al arrabal portuario, entre ellos el santacrucero Antonio Rumeu de Armas, que en su magnífica obra “Piraterías y ataques navales a las Islas Canarias”, escribió ditirámbicamente “IMPONENTE ATAQUE Y RESONANTE VICTORIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE SOBRE LA ESCUADRA DEL CONTRALMIRANTE NELSON”, cometiendo nada menos que ¡CINCO! Imperdonables errores en un historiador que se precie de objetivo y de dar fe de la realidad: el primero, llamar IMPONENTE ATAQUE al de una escuadrilla de 4 navíos, 3 fragatas, un aviso y una bombarda, con solamente 700 hombres; el segundo, calificar de RESONANTE VICTORIA a la que fue realmente insignificante; el tercero, denominar al barrio porteño Santa Cruz de Tenerife, cuando en realidad era de La Laguna por su condición barrial; el cuarto, considerar ESCUADRA a una pequeña agrupación de embarcaciones; y el quinto, designar a Nelson contralmirante ya que únicamente era capitán de navío en funciones de tal, pues fue ascendido a aquel grado el 14 de Febrero de 1799, y el ataque al puerto lagunero ocurrió el 25 de Julio de 1797, no correspondiéndole, en consecuencia, la distinción de Invicta que luce en el lema de su escudo, sino a La Laguna que era la ciudad y la capital de Tenerife –NUNCA fue capital de Canarias-.

  Esta es la verdad histórica de los expolios que realizó, e intentó ejecutar, La Laguna a Las Palmas, que los grancanarios tienen -y deben- conocer para que se enteren del verdadero “pelaje” de los habitantes –hay excepciones, obviamente- de la isla “hermana”, sin distinción de municipios, porque a casi todos les une el negro odio –siglos anteriores a José Rodríguez (Don Pepone)- a Gran Canaria y a su capital, la Ciudad Real –la única que tiene ese título- de Las Palmas de Gran Canaria, la urbe MÁS IMPORTANTE de Canarias, mal que les pese.

Carmelo Dávila Nieto
Investigador de la Historia de Canarias

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola. Me parece lamentable juzgar a los habitantes de una isla por unos hechos ocurridos en los siglos XVII o XVIII. ¿Tienen responsabilidad los actuales chicharreros, o el Cabildo de Tenerife sobre esos hechos? Este argumento me recuerda al de los presidentes de republiquetas bananeras, al estilo del difunto Hugo Chávez, en los que se recurre a la colonización de América del Sur por parte de España para fomentar un nacionalismo contra España y los Españoles. Como si hoy en día tuvieran responsabilidades sobre aquellos hechos; como si hoy en día el Gobierno alemán o el pueblo alemán tuviera responsabilidad sobre lo que hizo Hitler.

Afortunadamente los canarios hoy en día hemos superado ese insularismo extremo e infumable, propio de gente con pensamientos primitivos y arcaicos.

Y si lo que quieren es una autonomía propia para Gran Canaria, ¿no sería mejor eliminar la Comunidad Autónoma de Canarias y dejar solamente los cabildos? ¿No cree que nos ahorraríamos una pasta?

Un Saludo.

Doramas dijo...

Lo verdaderamente lamentable es que a fecha de hoy, aun continúen esos saqueos.
Desde la isla del oeste hoy en dia solo sale la palabra olvidar y siguen con la misma posición ancestral.
Por supuesto que la vuelta al estatus quo anterior nos daría alas para volar en libertad y si quitamos las autonomías, con nuestro cabildo nos basta y nos sobra para dirigirnos a un futuro prometedor.

Anónimo dijo...

Hola. Cuando dicen que hoy en día continúan los saqueos, ¿a qué se refiere?

No creo que el insularismo sea un tema candente entre ambas islas. Un conocido mío que juega en el equipo de tenis de mesa de la Universidad de La Laguna, fue un fin de semana a jugar a Las Palmas, salió a tomar una cerveza con el equipaje puesto, en el que aparece la isla de Tenerife dibujada, (pensando: aquí me matan), pidió una caña, el dueño del bar le preguntó si era chicharrero, a lo que él respondió: yo soy canario igual que usted. ¡El dueño lo invitó a la cerveza! XD

Un saludo.

Doramas dijo...

Sencillamente a que cualquier cosa que sirva para GRAN CANARIA, siempre termina en la isla del oeste.
A tu conocido, que si se siente canario, muy bien por el, YO ME SIENTO GRANCANARIO, la diferencia es muuucha.

Rocio dijo...

Soy de viajar por todo el mundo y por eso me gusta mucho tener la posibilidad de llegar a diversos destinos. El ultimo año obtuve a través de internet vuelos baratos a madrid y por eso logre llegar a la capital Española y pude de disfrutar de todas las ciudades del país