sábado, 21 de abril de 2012

LA AUTONOMÍA, NECESIDAD URGENTE PARA EL PROGRESO DE GRAN CANARIA

I PARTE
(Dedico esta disertación a las memorias de mi abuelo, el Maestro Rafael Dávila Macías, y de mi padre, Matías Dávila Suárez, activos luchadores por la división provincial de 1927, de mi querido amigo Jorge Robaina Rodríguez, y de Carlos Bosch Millares, patriotas grancanaristas, que ya partieron, lamentablemente, en viaje hacia lo ignoto)

El día 3 de Mayo de 2005, se celebró en El Círculo Mercantil de Las Palmas de Gran Canaria, el acto de presentación del Partido Doble Autonomía, con el salón principal de la sociedad completamente lleno en sus asientos, por lo que hubo que instalar varias sillas supletorias, y aun así, bastantes personas tuvieron que presenciarlo de pie, aunque hay que lamentar la escasa -por no decir nula- concurrencia de jóvenes, a los que, fuera de los multitudinarios conciertos de rock y otras manifestaciones de la música intranscendente, de los botellones y de los eventos deportivos -balompié y baloncesto, principalmente- parece no interesarles ni preocuparles los gravísimos problemas que afectan a nuestra isla y a las otras dos que integran la, en teoría, provincia de Las Palmas, pues los "veteranos" éramos casi mayoría absoluta.

Después de la exposición del objetivo del partido por Julio Montserrat Darias, en el que subrayó que en él se admitían militantes de todas las ideologías políticas sin exclusión -centristas, derechistas e izquierdistas (incluidos los comunistas) y ultras de estas dos últimas, pues la única exigencia que se ponía para la afiliación era la de ser AUTÉNTICO GRANCANARIO -mejor GRANCANARISTA, corrijo yo-, el fundador y presidente, el amigo Arturo Cantero Sarmiento, realizó una exhaustiva demostración de los tremendos expolios, tanto económicos como en consejerías y organismos autonómicos, que ha sufrido Gran Canaria y su capital, por parte del Gobierno Autonómico -Atinómico lo denomino- en beneficio de Tenerife, y principalmente de su capital, Santa Cruz.

Hubo suma indignación entre los asistentes, que aceptaron la necesidad de esa doble autonomía ante las abrumadoras pruebas presentadas, y henchidos de entusiasmo no únicamente nos inscribimos como militantes sino que nos comprometimos a conseguir la afiliación de nuestros familiares y de nuestras amistades. Abandonamos el local con la plena convicción de que, ¡por fin!, había surgido un partido que defendería a nuestra isla -y a Lanzarote y Fuerteventura si querían unirse- contra el imperialismo chicharrerón encarnado en ATI.

De este acto no ofrecieron información los medios de comunicación de nuestra ciudad: prensa, radio y televisión. Hecho incomprensible e injustificable. Pero, desgraciada y lamentablemente, al poco tiempo comenzaron los reprobables enfrentamientos entre los miembros de su Junta Directiva, afirmando muchos de ellos que la presidencia de Arturo Cantero constituía un insuperable obstáculo para que el partido cuajase en nuestra sociedad por su ideología comunista. Ante esta actitud, Arturo dimitió -si mal no recuerdo-, y, desengañado, abandonó la política, rompiéndose el partido. Se volvió a repetir la triste historia de anteriores intentos: AIGRANC -de la que fui cofundador con Carlos Bosch Millares, Servando López Peláez, Armando Vera Trujillo- (en cuyo domicilio nos reuníamos en los primeros momentos) y Arturo Cantero Sarmiento, entre otros grancanaristas cuyos nombres ahora no recuerdo -les pido disculpas por mi olvido-, desapareció por la traición del exjesuita Jaime Llinares Llabrés -que se nos unió con su grupito- al aceptar un puestito en el Gobierno Atinómico presidido por Manuel Hermoso.

Después surgió El Partido de Gran Canaria, acaudillado por el fallecido urólogo Gregorio Toledo, quien, inflamado de grancanarismo, convocó varias manifestaciones, a las que acudí, y que consiguió la adhesión de Francisco, Alfredo y Carmen Kraus Trujillo, e incluso logró que el eminente tenor interviniera en un acto público -mitin lo llaman los anglófilos-, que creo se celebró en el Estadio Insular; y nuevamente la traición porque desde ATI lo compraron dándole un carguito a un hijo suyo -ignoro cuantos tuvo-; su sucesor, Onelio Ramos, no convenció por la inconsistencia de su discurso por lo que Gran Canaria hasta ahora continúa totalmente indefensa ante las agresiones chicharreronas porque los políticos que sus habitantes han elegido para luchar por ella, sean del PP, del PSC-PSOE, de Nueva Canarias y de Coalición Canalla -así la llamo- no cumplen sus promesas preelectorales y la traicionan reiteradamente.

Si alguien supone que estoy exagerando o calumniando a estos políticos -sean hombres o mujeres- les pondré unos ejemplos para mí palmariamente indiscutibles: el actual Presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, como Presidente del Comité Provincial de Las Palmas de UCD, firmó el censurable y perjudicial para nuestra isla Pacto de Medinaceli, celebrado en Madrid el 29 de Abril de 1982, aceptando que la sede del Parlamento radicara en La Laguna -¿Porqué motivo?

Esa ciudad únicamente fue la capital de Tenerife y no tuvo transcendencia política sobre el archipiélago, salvo que el primer Comandante General, Lorenzo Fernández de Villavicencio, desacatando la Real Cédula de Felipe V que le ordenaba residir en Las Palmas, fija en ella su residencia, primeramente en el casco urbano, y posteriormente en su barrio porteño, Santa Cruz-, y poco después, asustado por el escándalo y las airadas protestas de los medios de comunicación santacruceros -mejor chicharrerones--, consintió en que se estableciera en Santa Cruz, además de la capitalidad compartida, de lo que resulta que cuando la capital radique en ella, como ahora, concentrará TODO EL PODER POLÍTICO DEL ARCHIPIÉLAGO, y además la sede de la Audiencia de Cuentas.

Y para "compensar" se le concedió a Las Palmas de Gran Canaria la sede de la Delegación General del Gobierno de la Nación, salvo que éste dispusiera otra cosa por razones de interés general, organismo totalmente irrelevante. La cartera de Economía y Hacienda, se radicaría por un periodo de cuatro años en Santa Cruz de Tenerife, y por idéntico periodo la cartera de Transportes y Pesca se ubicaría en Las Palmas de Gran Canaria. Ignoro si estas normas están vigentes en el actual Estatuto de Autonomía porque, sinceramente, no lo he leído.

Juan Pulido Castro, en su etapa en la presidencia del Cabildo grancanario, fue el autor del "famoso reparto" del cincuenta por ciento para cada isla de los fondos obtenidos por el Régimen Económico Fiscal, que su colega de Tenerife aceptó muy complacido ya que su aportación era muy inferior a la nuestra; Pulido Castro alegó como justificación que se lo habían impuesto desde Madrid, durante la tiranía franquista. Jerónimo Saavedra, como Presidente del Gobierno Autonómico, le comentó a un gran amigo mío, que me merece todo crédito, que "su mayor preocupación era la del gran desequilibrio econòmico existente entre Gran Canaria y Tenerife, favorable a la primera, que había que compensar".

José Manuel Soria, del PP, siendo Presidente del Cabildo de Gran Canaria, en una entrevista que me concedió, a mis quejas por los traslados -expolios hablando con propiedad- de algunas consejerías y organismos autonómicos - SOCAEM (creo que su actual denominación es Canarias Cultura en la Red, que organiza, entre otros eventos, el Festival de Música de Canarias), HECANSA, SATURNO, ISTAC, etcétera- que por el Estatuto de Autonomía tenían que radicar en nuestra capital, cuando la presidencia del finado Adán Martín, nefasta para nuestra isla, y que, no obstante esto, se llenó nuestra Catedral en su funeral, y el periódico La Provincia publicó en la portada "Canarias llora a Adán Martín", incluyendo a los grancanarios en ese llanto sin preguntarnos nuestra opinión al respecto -yo sentí su óbito tanto como el de cualquier persona que no conociera-, me dio una respuesta -Soria, obviamente- que me dejó perplejo y petrificado: "Eso no me preocupa porque así tenemos menos funcionarios", como si estos fueran la peste o algo similar. ¡Así defendía este Presidente de su Cabildo a Gran Canaria!

Y como Vicepresidente que fue del Gobierno Atinómico, consintió todos los atropellos a su isla del ático Paulino Rivero, que arteramente supo engañar a los incautos grancanarios y conseguir que Coalición Canalla experimentara una recuperación en número de votos después del grave descalabro que sufriera en las anteriores elecciones. El socialista José Miguel Pérez García -que también fue Presidente del Cabildo de Gran Canaria en la pasada legislatura-, actual Vicepresidente del Gobierno Atinómico, no defiende a los empresarios grancanarios, a los que el Consejero de Política Territorial, un tal Berriel, que no merece se le llame señor, obstaculiza e impide casi todos sus proyectos alegando que incumplen la legalidad establecida -oí en el Canal 9 Televisión a unos empresarios de nuestra isla que pretenden instalar un parque fotovoltaico en Juan Grande, con el consiguiente ahorro de energía eléctrica, y en cuyo estudio ya han invertido ciento cincuenta mil euros, que no le concede el permiso, aunque sí se lo ha otorgado a Tenerife- pero si autoriza la mayoría de los de la isla del Teide, que deben ser más "honestos" que los nuestros y la cumplen. Como excepción, ya ha concedido la licencia para la realización del centro comercial de Gáldar, durante muchísimo tiempo estancado por la exigencia de un absurdo desvío de la autovía del Norte, y que, según los cálculos, creará unos 1.500 puestos de trabajo en la comarca norteña.

Lo que intentan es que se establezcan allá, como ya han hecho varios: JSP, que tiene establecimientos en dos polígonos industriales: Los Majuelos-La Laguna-(planta industrial de tueste y envasado de café) y Güimar (planta industrial de preparados lácteos) -por esto su presidente, mi amigo de la infancia José Sánchez Rodríguez, ha sido nombrado Hijo Adoptivo de Tenerife por su Cabildo- y aquí, aparte de las oficinas centrales, únicamente una planta de envasado y almacenaje de lácteos y una fábrica de pan y bollería congelada, por lo que obviamente, ha creado allá muchísimos mas puestos de trabajo que en nuestra isla donde se creó la empresa; Embotelladora de Canarias, que envasa "Seven Up"; Tirma, etcétera, y porque además les dan grandes facilidades, incluso rebajando los arbitrios (esto es bastante antiguo y generalmente conocido) mientras aquí somos totalmente estrictos en su aplicación y además adquirimos sus productos sin preocuparnos por su procedencia ni rechazarlos si no tienen instalaciones en nuestra isla, con lo que se llevan para allá las ganancias totalmente íntegras ya que al no crear puestos de trabajo no tienen que pagar los emolumentos de los empleados.

Seguramente los beneficios monetarios los percibirán -faltaría más- los empresarios grancanarios, pero los puestos de trabajo los crean allá y abonan los sueldos de los trabajadores. Voy a poner tres ejemplos, entre muchos, del rechazo en Tenerife de los productos grancanarios o foráneos procedentes de nuestra isla:

1) Estando en el Puerto de la Cruz, entré en un restaurante para almorzar y pedí Appletiser, un refresco de manzana elaborado en Sudáfrica, cuya representación para Canarias tenía entonces la firma Galaco, con residencia en nuestra ciudad, y que le arrebató la Compañía Cervecera de Canarias con sede en Tenerife, y que también absorbió La Tropical; cuando me lo sirvieron, por curiosidad miré el etiquetado y, vi que la representación estaba en Barcelona; preferían importarlo de allá, más lejos y por lo tanto supongo que más caro, que llevarlo de aquí, que presumo sería más barato por la distancia más corta.

2) Unos matrimonios amigos míos fueron a almorzar a un restaurante de Santa Cruz y pidieron cerveza Tropical -en aquella época todavía no la había adquirido CCC-, la respuesta del camarero fue "Aquí no servimos M..." (no quiero decir la palabra completa por educación, pero creo que se deduce fácilmente su nombre).

3) Otro querido amigo, en una comida en un hotel del Puerto de la Cruz, le pidió a un camarero agua de Firgas, y éste le contestó con evidente malhumor que no la tenían. Después le oyó comentar a un compañero: "¡A quién se le ocurre pedir agua de Firgas en Tenerife!". Mi amigo se quejó al "maitre" y éste se disculpó y le pidió que le dijera quien había cometido la grosería, pero él no quiso hacerlo para que no reprendieran o sancionaran al grosero. Fue muy generoso su gesto, pero yo creo que debió identificarlo para que recibiera el castigo correspondiente porque no tenemos ni debemos soportar tales vejaciones de los que dicen ser "hermanos" nuestros.

También José Miguel Pérez ha consentido que Santa Cruz haya recibido la consideración de Ciudad Turística y Las Palmas de Gran Canaria no, contando con más plazas hoteleras que aquella; y la también socialista Guacimara Medina, exalcaldesa de Artenara, le rebajó 600.000 euros a Gran Canaria, de los 916.000 que se había acordado en la FECAI para repoblación forestal, y se los regaló a La Palma, con mayor masa arbórea que nuestra isla. Román Rodríguez, que nada hizo por Gran Canaria en su etapa como Presidente Autonómico, cuando llegó a Tenerife para tomar posesión de la presidencia, que le correspondía radicar en Santa Cruz, declaró para congraciarse con los chicharrerones: "Yo no soy grancanario, soy de La Aldea", o sea que este municipio no está integrado física y geográficamente en Gran Canaria, ¿Dónde se encontrará? ¿Será la novena isla ya que a La Graciosa se la considera la octava?

Y, que después de haber censurado duramente a Coalición Canalla, pactó con ella para presentarse conjuntamente en las pasadas elecciones nacionales, y su correligionario Pedro Quevedo. Los miembros grancanarios -por haber nacido aquí únicamente- de la referida Coalición: María del Mar Julios, Juan Carlos Mauricio, Gonzalo Angulo, José Miguel Ruano, Fernando Bañolas y todos los demás militantes. ¿Exagero o calumnio a todos los nombrados y a sus votantes al calificarlos de traidores políticos a Gran Canaria por incumplir con la obligación contraída en las urnas de defenderla y de luchar con total denuedo por su progreso? Yo, como grancanarista acérrimo, considero que no merecen otro más suave. Esto me ha servido para conocer su verdadera calaña pues, con independencia de las ideologías, todos son IGUALES -como me dijo un compañero de bachillerato, que fue Consejero del Cabildo por el PP y quedó completamente desengañado- si no en la forma sí en el fondo, por lo que me abstendré de votar en venideras elecciones, si continúo todavía con vida. Los restantes presidentes de nuestro Cabildo tampoco se significaron con arrojo en la defensa de nuestra isla, a la que representaban.

Ante la actitud de todos ellos, no queda más remedio que reconocer que el déspota cacique Matías Vega Guerra -que no me era simpático- ha sido el ÚNICO que, a su modo, defendió a Gran Canaria frente a la agresión chicharrerona, y que además se preocupó por repoblar la Cumbre con pino canariensis, ya que durante la capitalidad única de Santa Cruz, las brigadas chicharreronas la habían dejado completamente arrasada por las talas continuadas de nuestros bosques -Gran Canaria era la isla más frondosa, según las crónicas de la conquista- para llevarse para allá las maderas, y que sus sucesores no han continuado, lamentablemente.

Así, el Consejero de Medio Ambiente en el anterior gobierno cabildicio del Partido Socialista en coalición con Nueva Canarias, Juan Salvador León, no se preocupó por conseguir la declaración de Parque Nacional para la Cumbre, ni me concedió la entrevista que le solicité en dos ocasiones para hablar sobre ese tema y sobre, una vez conseguido el Parque Nacional, iniciar las gestiones para la declaración de Patrimonio Natural de la Humanidad, como lo posee el del Teide, que admiro pero que no supera en belleza ni en interés científico por sus especies endémicas a la impresionante caldera de Tejeda. Tampoco a la actual Consejera por el PP, María del Mar Arévalo, parece interesarle este asunto ya que no se ha dignado contestar mi carta con la misma sugerencia.

Lo podríamos haber tenido desde bastantes años atrás, si el socialista Carmelo Artiles Bolaños, Presidente del Cabildo, que intentó llevar a cabo la propuesta de ASCAN -pionera ecológica del archipiélago- del Parque Nacional del Roque Nublo, no hubiera desistido de la empresa asustado por una manifestación contraria al proyecto organizada por esos grupos enemigos de toda iniciativa en pro del progreso de Gran Canaria -la "mano negra extendida sobre Gran Canaria", que me decía el gran poeta don Saulo Torón, y que está compuesta en más de sus tres cuartas partes por el Gobierno Atinómico, y en la restante por los políticos y habitantes de nuestra isla- no naturales de Tejeda, que engañaron a los campesinos tejedenses asegurándoles que perjudicaría su agricultura, infame mentira pues el Alcalde del municipio cumbrero en esa época -cuyas señas de identidad no recuerdo ahora-, en unas declaraciones publicadas hace unos meses en La Provincia/Diario de Las Palmas, manifestó categóricamente que habría significado un gran beneficio económico al crearse puestos de trabajo para los vecinos de la localidad.

David Bramwell, director del Jardín Canario Viera y Clavijo, en un documentadísimo artículo, publicado en La provincia el 13 de Mayo de 1990, titulado "El Parque Nacional del Nublo". enumeró todas las comunidades de plantas canarias específicas que contiene, que no están protegidas en los otros Parques Nacionales; que posee una excelente representación de la vegetación de las cumbres de Gran Canaria; que la flora es extraordinariamente abundante en plantas endémicas, hasta el extremo de que ¡protege más endemismos exclusivos que en cualquier otro Parque Nacional Canario! También existe toda una serie completa de plantas recientemente descubiertas que representan nuevas especies aún no descritas, exclusivas probablemente del Parque Nacional del Nublo. Y asimismo la fauna es extremadamente importante al contar con razas endémicas...que se encuentran casi exclusivamente dentro de los límites del Parque".

Lo mismo sucede con la declaración del centro histórico, Vegueta-Triana, como Patrimonio histórico-artístico de la Humanidad, que no interesó a Jerónimo Saavedra, y parece que tampoco interesa a Juan José Cardona, será para seguir destruyéndolo con edificios "contemporáneos", como el horrendo de la ampliación de El Museo Canario donde antes estuvo el colegio Viera y Clavijo, inmueble modesto pero que no rompía la armonía de la zona, y que además, según información de Gonzalo Melián, Vicedirector de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, en él, antes de su utilización como colegio, tenía su sede la famosa "Tertulia Luis Millares", donde nació el romanticismo poético grancanario con la asistencia de poetas de la talla de Tomás Morales, Saulo Torón y Alonso Quesada, entre otros, y que Miguel de Unamuno llamó "La casa del espíritu", y después lo ocupó la Presidencia del Cabildo Insular, motivos por los que debió haberse respetado al menos su fachada y declararlo edifico histórico.

Sin embargo, La Laguna, inferior en conjunto al nuestro, si posee esa declaración como "Ciudad de Dios" (¿) por sus conventos, que tampoco son tantos, gracias a la "benevolencia" de un miembro de la comisión de la UNESCO, un peruano, al que "agasajaron" como suelen hacer allá, "arte" en el que son consumados maestros. Los tinerfeños luchan esforzadamente por conseguir la grandeza de su isla, aunque utilicen toda clase de trampas y artimañas de la peor clase para lograr que sea la principal. Los grancanarios se inhiben, por no emplear una expresión más fuerte y más adecuada, y así, con su indiferencia, con su falta de AMBICIÓN, Gran Canaria no tardará en convertirse en una isla satélite de Tenerife. En un mapa del archipiélago exhibido en FITUR (Madrid) por el Gobierno Autonómico, Tenerife aparece en posición central y Gran Canaria, a la que se le amputó La Isleta, y posteriormente, ante las protestas se le injertó, más abajo, pero no se la colocó en su verdadera situación geográfica, igualada en tamaño a La Palma, La Gomera y a El Hierro.

También en un vídeo proyectado en dicha Feria de Turismo, que se celebró en Madrid, para mostrar las bellezas y atractivos de nuestras islas, han sido excluidas Gran Canaria -una vez más-, La Gomera y El Hierro. En la Feria de Turismo de Berlín -quizá la más importante de Europa- en otro vídeo de la Consejería de Turismo del Gobierno Autonómico, se le puso a nuestra una playa de piedras, que la de nuestro Cabildo atribuyó a Tasarte, pero el Consejero de esa materia del citado Gobierno, en vez de disculparse se burló con total desvergüenza de esa atribución diciendo que el grancanario "se equivocaba de piedras" porque la tal "playa" pertenece a La Gomera. A mí no me interesa donde está situada, lo que me importa muchísimo es que la hayan colocado en Gran Canaria, evidenciando su total mala fe.

También los constructores grancanarios han denunciado que en 2011 se sacó a concurso obra pública, dándosele a Tenerife el doble que a Gran Canaria. Y nuestros políticos, con Soria y Pérez a la cabeza, tan satisfechos. Esto es gritar aquello de "Vivan las cadenas". También es obligado denunciar que nuestros centros hospitalarios no están completos en los aparatos necesarios ni en atenciones quirúrgicas ya que varias operaciones de transplantes de órganos se realizan exclusivamente en los hospitales de Santa Cruz, lo que es inadmisible para la más importante y más poblada ciudad de Canarias.

Hace ya varios años -no recuerdo cuantos- en el Parlamento de Canarias, el diputado tinerfeño, creo que de UCD, o quizá del PP, Ángel Isidro Guimerá apoyó con su voto una propuesta beneficiosa para Gran Canaria, y por este acto de honestidad le hicieron el vacío en todos los ambientes sociales que frecuentaba, como si fuera un leproso y recibiendo agresiones verbales, ante esta situación no tuvo más opción que retractarse de su noble acción, y se justificó diciendo: "Sé que la razón asiste a Gran Canaria, pero ¡es que yo vivo en Tenerife!". Sin embargo aquí, la mayoría de nuestros políticos traicionan a su isla y se pasean por sus calles y frecuentan sus medios sociales con absoluta tranquilidad y sin que les suceda algo similar a lo que le ocurrió en Chicharrelandia a Guimerá, ni se les censure en los medios de difusión, y son, además, saludados efusivamente. Así actúan en contra de los intereses de Gran Canaria con absoluta tranquilidad porque conocen perfectamente el envilecimiento de nuestro pueblo.

Los tres grancanarios, que no grancanaristas, que han sido ministros durante la democracia en los Gobiernos Nacionales Socialistas: Luis Carlos Croissier Batista, Jerónimo Saavedra Acevedo -que desempeñó dos carteras ministeriales- en las presidencias de Felipe González, y Juan Fernando López Aguilar en la de José Luis Rodríguez Zapatero, NADA hicieron por Gran Canaria.

Fernando León y Castillo, que fuera Ministro de Gobernación en la regencia de María Cristina, y de Ultramar con Alfonso XII, y al que se atribuyen las frases "Todo por Gran Canaria y para Gran Canaria" y "Sobre todo soy grancanario", no ejerció sus grandes influencias políticas en el Gobierno Nacional para que se le concediese a la Ciudad Real de Las Palmas -así denominada por los Reyes Católicos y sus sucesores en sus Reales Cédulas- la capitalidad del archipiélago, que le correspondía en total justicia por razones históricas al haber sido la sede de todos los organismos civiles -la Real Audiencia de Canarias-, militares -Capitanía General hasta 1723, cuando Lorenzo Fernández Villavicencio, desacata la Real Cédula de Felipe V que le ordenaba residir en Las Palmas -y que además era el Presidente de la Real Audiencia- y se traslada a Tenerife-, y religiosos -Obispado y Catedral de Canarias, hasta el 4 de Febrero de 1819, en el que por las intrigas del lagunero Cristóbal Bencomo, Obispo nominal de Heraclea, sobre el nefastísimo Fernando VII, del que era confesor, se creó el Obispado de Tenerife, y el Tribunal de la Inquisición- y por su superior importancia sobre Santa Cruz, aunque hay que agradecerle a León y Castillo la iniciativa para la construcción del Puerto, que significó la prosperidad para la isla y, principalmente, su capital, sin embargo, incomprensiblemente, el político teldense no fue partidario de la división provincial.

Tampoco espero que José Manuel Soria, como Ministro, haga algo beneficioso para Gran Canaria teniendo como precedente su labor como Presidente de su Cabildo, que ya he comentado anteriormente. Esta supremacía de nuestra ciudad incomodaba a las fuerzas vivas de la isla "hermana" y así, en 1773, el Cabildo de La Laguna intentó apoderarse de la Real Audiencia, oponiéndose a este pretendido despojo el Fiscal de la Audiencia y el Obispo de Canarias, que desbarataron la vil maniobra. Gran Canaria no cayó en gracia a los Borbones, que mostraron abiertamente su simpatía por Tinerfelandia: Felipe V, que no destituyó inmediatamente de su cargo de Comandante General de Canarias a Lorenzo Fernández de Villavicencio, Marqués de Valhermoso, por haber desobedecido su orden de radicar en Las Palmas; no se comprende esta dejación de su autoridad por un monarca absolutista, quizá motivada por la vil adulación que le hicieran los chicharerones, que ya, desde esa época tan lejana en el tiempo, exhibieron sus extraordinarias dotes para la intriga y el "agasajo", que se ha prolongado hasta los momentos actuales -un palmario ejemplo de ello es la permanencia en uso del peligrosísimo aeropuerto de Los Rodeos con todos los Presidentes del Gobierno Nacional de la Democracia (donde ocurrió el hasta ahora máximo siniestro de la historia de la aviación mundial, al haberse desviado a él los vuelos que tenían como destino Gando por la amenaza de bombas, quizá hubo precipitación en el director del aeródromo de Gran Canaria al cerrarlo, sin embargo hay que comprenderlo y disculparlo porque él no podía saber la potencia de los artefactos explosivos, y cuyo absoluto culpable, sin atenuantes, fue el adalid de la independencia de Canarias, fundador y "cerebro" del MPAIAC, Antonio Cubillo Ferreira, descendiente directísimo de los menceyes y los guanartemes, como lo demuestran indiscutiblemente sus dos apellido, de sólida raigambre canaria, que como como chicharrerón no ordenó la colocación de esas bombas caseras en el aeropuerto de su isla sino en el nuestro para perjudicarnos -esto lo considero indiscutible-, pero el proyecto le salió al revés -desgraciadamente para las víctimas mortales y para una joven trabajadora de una floristería en el de Gran Canaria, que sufrió mutilaciones en su cuerpo- y sus seguidores "grancanarios" le obedecieron sin objeciones, empero estoy completamente seguro que si hubiera ordenado la puesta de esos artefactos en Los Rodeos, sus acólitos chicharrerones no le habrían obedecido; tampoco descarto la posibilidad de las bombas fueran colocadas por un comando chicharrerón desplazado a nuestra isla para cumplir esa misión, lo que no debiera sorprendernos.

La noticia del trágico accidente llegó hasta Oriente, donde vi las espeluznantes fotografías en periódicos de Japón, Hong Kong y Thailandia. Aparte de éste, anteriormente se produjeron otros con menor número de fallecidos), construyéndosele además una nueva terminal con una supermillonaria inversión de dineros de todos los españoles, y frecuentemente cerrado por la pertinaz niebla a pesar de la explanación de una montaña cercana, pero que ninguno se ha atrevido a cerrar porque algunos han necesitado de los votos de los diputados de Coalición Canalla (como, por ejemplo, Rodríguez Zapatero o Aznar en su primer mandato) al no poseer mayoría absoluta en el Congreso, y cuando la han tenido y no los han precisado no lo han hecho por oscuros motivos. Seguramente ahora el PP seguirá en la misma línea.

Y si ocurriera otro accidente (que no deseo) ¿de quién será la culpabilidad? Para mí de ambos Gobiernos: Nacional y Autonómico por su irreflexión. Si se construyó el del Sur, o Reina Sofía -para el que ya están pidiendo una nueva pista-, por razón de la peligrosidad de Los Rodeos ¿Por qué no se cerró éste inmediatamente, como habrían hecho en cualquier país con sentido de la responsabilidad, de la que aun, por desgracia está muy distante España? Así los chicharrerones pueden presumir de qué su isla es el único lugar de la nación que posee dos aeropuertos, a costa de todos los españoles. También Paulino Rivero consiguió de Rodríguez Zapatero para el puerto de Santa Cruz un "Scanner" (palabra inglesa que significa en castellano explorador), como "pago" por haber apoyado los dos diputados de Coalición Canalla la aprobación de los presupuestos de la pasada legislatura, a pesar del informe negativo del Director General de Puertos sobre su inutilidad por el escaso número de contenedores que se descargan en el puerto chicharrerón, pero como el nuestro lo tiene por razón de su muchísimo superior movimiento, había que "equilibrar", y allí está sin utilizarse. "¡Que país, paisaje y paisanaje!" que dijera el genial Miguel de Unamuno-.

Carlos III, a instancias de su Secretario de Estado de Gracia y de Justicia, el lagunero Antonio Porlier, concedió la Universidad a La Laguna, despreciando los superiores derechos de nuestra ciudad y, lo que es pésimo, obligando a su Ayuntamiento y al Obispado de Canarias a aportar sustanciosas cantidades para su mantenimiento. El indigno y nefastísimo Fernando VII no únicamente consintió la división del Obispado de Canarias, creando el de Tenerife, atendiendo la petición de su confesor, el lagunero Antonio Bencomo, como he expuesto anteriormente, sino que también para complacerlo volvió a otorgar a La Laguna la Universidad, que prácticamente había desaparecido, siempre en detrimento de la Ciudad Real de Las Palmas.

En las Cortes de Cádiz, en sesión celebrada el 16 de Diciembre de 1812, el canónigo de la Catedral de Canarias, Pedro Gordillo Ramos, natural de Guía y Diputado por Gran Canaria, demostró con un elocuente discurso y de modo irrefutable los numerosos e innegables derechos históricos de Las Palmas para ser designada capital de Canarias, votando a favor de la propuesta de Gordillo la mayoría de los diputados; pero tres días después arribó al puerto gaditano un navío procedente de Santa Cruz que, para desgracia de Las Palmas, tuvo vientos favorabilísimos que le permitieron llegar en tan corto espacio de tiempo -allí lo atribuyeron a un designio divino y celebraron un Te Deum en acción de gracias-, que llevó un comunicado del Comandante General Pedro Rodríguez de la Buria, en el que comunicaba la creación en el villorrio de su residencia de la prediputación de Canarias. Ante esta vil maniobra, que, incomprensiblemente, las Cortes de Cádiz aceptaron y conculcaron su anterior acuerdo favorable a nuestra ciudad y otorgaron, interinamente, la capitalidad del archipiélago a la que ya era capital de Tenerife.

 Posteriormente, durante el reinado de Isabel II, se produjo la división administrativa de España en 49 provincias, y como resultado de las intrigas del diputado chicharrerón José Murphy Meade, el Ministro de Fomento, Francisco Javier de Burgos, ratificó a Santa Cruz como capital de Canarias -con sólo ¡19 años de existencia autónoma! Hecho insólito porque todas las ciudades que fueron declaradas capitales de provincia tenían historia, tradición, solera y alcurnia, siendo la excepción ese advenedizo ex-arrabal portuario de La Laguna-, que la reina sancionó en un Real Decreto el 30 de Noviembre de 1833.

De este modo tan arbitrario, el que fuera triste barrio o arrabal portuario de La Laguna, que fue calificado por el historiador inglés Robert Hughes "el burdel del Atlántico", en su libro "La costa fatídica", asumió oficialmente la capitalidad del archipiélago, que duró 105 años, durante los cuales los chicharrerones cometieron toda clase de tropelías contra Gran Canaria, algunas de carácter absolutamente prenazis, entre las que es obligado resaltar la inhumana y atroz incomunicación que sufrió durante nueve meses (Junio de 1851 a Febrero de 1852) con motivo de la terrible epidemia de cólera que ocasionó el fallecimiento de cientos, quizá miles, de personas, sobre todo por falta de medicamentos, pues no únicamente se prohibió a los navíos arribar a ella sino que les quitaron a todos los barcos que estaban aquí fondeados los timones para que no pudiesen salir a buscar auxilio; pero cuando llegó la epidemia a Tenerife si permaneció abierta y comunicada. Este es un hecho tan criminal que los grancanaristas no debemos olvidar ni, obviamente perdonar, y, además, tenemos la obligación patriótica de comunicar a nuestros descendientes y a nuestros coterráneos insulares, sobre todo a los jóvenes, para que conozcan la vil calaña de los chicharrerones. Igualmente hubo una amenaza de invasión chicharrerona por lo que se formaron brigadas que vigilaban constantemente nuestras costas para dar la alarma y prepararse para la defensa si veían alguna nave sospechosa.

 También las vandálicas talas de nuestros bosques ya comentadas anteriormente. Estos son algunas de las numerosas tropelías que cometieron contra isla en venganza y castigo por las justas pretensiones de Las Palmas a la capitalidad del archipiélago, que le correspondía, como creo que he demostrado palmariamente, por razones históricas.

 Carmelo Dávila Nieto
Patriota Grancanarista y miembro de
"La Real Sociedad Económica de Amigos del País
de Gran Canaria

(Primera parte de la conferencia pronunciada el día 10 de los corrientes en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria)