Y una vez más -son tantas que es casi imposible calcular su número- han 
situado playas de Gran Canaria (Las Canteras, El Inglés, Maspalomas, y 
últimamente Anfi del Mar) en Tenerife, en folletos propagandísticos de 
esa isla distribuidos en agencias de viajes nacionales y extranjeras. El
 actual Consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, Melchor Camón 
Torres, cree que son "despistes" o "errores", y que allá hacen más 
propaganda de su isla -incluyendo en ella nuestras playas-, que aquí de 
la nuestra. Esto está sucediendo desde tiempos inmemoriales y con 
absoluta premeditación por los chicharrerones. De este modo, engañando 
sin escrúpulos a los turistas, Tenerife, con las playejas de su Sur, 
recibe dos millones de visitantes más que Gran Canaria. Lo que no se 
comprende es que los engañados no protesten por el fraude y lo difundan 
en los medios de comunicación de sus respectivos países para 
conocimiento de sus compatriotas. Este Consejero de Turismo de nuestro 
Cabildo debería exigir la rectificación de esas apropiaciones a quien 
corresponda y ejercer las pertinentes denuncias que procedan, incluso en
 el aspecto judicial si así estuviera contemplado en la ley. Pero estos 
ineptos políticos no van más allá de unas simples quejas, como las del 
actual Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan José Cardona, 
perteneciente al PP: "Gran Canaria siempre sale perjudicada en turismo" y
 "La Consejería de Turismo está en Las Palmas de Gran Canaria, pero está
 dirigida por tinerfeños eso explica lo que está ocurriendo". Pero no se
 va más allá. Tenemos que exigirles una enérgica acción contra esos 
despojos de nuestras bellezas naturales, principalmente las playas. Día 
llegará en que pongan la gran caldera de Tejeda, con el Roque Nublo 
incluido, en Tenerife. Y estos "despistes" o "errores" se producen 
también en las agencias de viajes de la península, seguramente 
"involuntariamente", como en una de Barcelona en la que un matrimonio 
grancanario residente en esa ciudad fue a adquirir sus pasajes de avión 
para venir a su isla, y le dijeron: "¿Para que van a esa isla tan fea y 
con una capital tan horrible? Vayan a Tenerife, que es preciosa, y su 
capital una maravilla"; está de más decir que replicaron adecuadamente, 
que no compraron los pasajes y que se marcharon indignados. O en otra de
 Madrid, ante la que pasaron unos jóvenes también grancanarios y vieron 
en el escaparate una gran fotografía de las dunas de Maspalomas con la 
indicación Tenerife; entraron para precisar que pertenecen a Gran 
Canaria, y los insultaron. A la hermana de un querido amigo, 
grancanaria, obviamente, residente en Barcelona, también le dijeron lo 
mismo sobre nuestra isla cuando fue a adquirir su pasaje para venir acá.
 La hija de otro querido amigo me contó que a un amigo de su padre, 
también en una agencia de Barcelona, cuando pidió su pasaje para Gran 
Canaria y la reserva de habitación en el hotel santa Catalina, le 
hablaron pésimamente de nuestra capital -que él ya conocía- y que fuera a
 Santa Cruz, y además que la zona del hotel referido -en el que ya se 
había hospedado en una ocasión anterior- era un centro de prostitución; 
asombrado por esto, telefoneó a nuestro común amigo y le refirió lo que 
le habían dicho en la agencia, que el grancanario le informó que era una
 calumnia. Tendría yo unos 11 años, cuando un día, mi padre, que 
trabajaba en el Registro de la Propiedad y era el sustituto del 
Registrador, llegó a casa, a la hora de almorzar, muy alterado; mi madre
 le preguntó la causa de su estado, y él le respondió que el sustituto 
del Registrador de un Registro de la Propiedad de una ciudad peninsular 
se presentó en la oficina del de nuestra ciudad para saludar a su 
compañero y demás personal, pues había viajado a nuestras islas para 
conocerlas, y le contó que en el de Santa Cruz, donde había estado 
primeramente, trataron de convencerlo para que no viniera a Gran Canaria
 porque era una isla fea y la capital horrible con una birria de puerto,
 y no comprendía porqué habían tratado de engañarlo y porqué unos 
canarios denigraban a otra isla del mismo archipiélago, habiendo 
comprobado la falsedad de lo que allá le dijeron por lo que estuvo a 
punto de creérselo y desistir de su venida; este hecho que relato 
ocurrió hace 65 años aproximadamente, pero quedó grabado para siempre en
 mi infantil memoria. La Diputada chicharrerona por Coalición Canalla en
 el Congreso, Ana Oramas, aseveró que "las mujeres grancanarias se 
prostituyen para jugar al bingo". Unas jóvenes que conocí cuando iba a 
examinarme de Derecho en la Universidad de La Laguna, vinieron en una 
ocasión para acá y las paseé en automóvil por la isla, quedando 
admiradas por la playa de Las Canteras -en aquella época las del Sur 
estaban sin descubrir- y sorprendidas por la vegetación de nuestros 
campos pues tenían la creencia generalizada de que Gran Canaria era 
totalmente árida, mentira infundida por quien todos sabemos; les gustó 
tanto la isla, la capital y Las Canteras, que repitieron sus visitas 
varias veces. Toda esta contrapublicidad de las agencias de viajes me ha
 sido referida por los protagonistas y por sus familiares y amistades 
grancanarias. ¿Creerá también el señor Camón, que son "inocentes 
despistes", o que es una campaña perfectamente planificada para 
desprestigiar a Gran Canaria, comprando a agencias de viajes y medios de
 comunicación, incluso europeos, que demuestran con su vil cooperación 
su absoluta carencia de profesionalidad? No tengo la menor duda sobre la
 veracidad de la segunda. ¿Viviría alguno o alguna de las personas que 
están escuchando mi disertación en la misma casa con un hermano o 
hermana que continuamente les estén desprestigiando, insultando y 
calumniando ante otras personas, sean o no conocidas; que se apropie de 
sus pertenencias más queridas, como joyas y vestidos y los exhiba como 
propios; que quiera ser la cabeza de la familia y poseer todos los 
caudales, invocando la "unidad familiar"? Creo que no, que por dignidad 
se marcharían. Entonces, ¿porqué Gran Canaria ha de continuar integrada 
en una comunidad autónoma en la que es constantemente denigrada, 
difamada y desprestigiada, a más de expoliada monetariamente, por una 
isla "hermana" que pretende ser la hegemónica utilizando toda clase de 
males artes, como apropiándose de sus playas más importantes para 
presentarlas como suyas en la publicidad turística? No hay una respuesta
 convincente que justifique esa degradante permanencia, por lo que no 
queda más opción que marcharse. Y no admito que se alegue que se 
produciría la ruptura de la "unidad regional", porque no existe. Yo 
aceptaría una única Comunidad Autónoma Canaria si, como propuso en la II
 República el abogado, exalcalde y exgobernador civil de Las Palmas, don
 Nicolás Díaz-Saavedra Navarro, en representación del Partido Federal, 
en la asamblea celebrada el 6 de Julio de 1936 en la Federación Patronal
 de Comerciantes, bajo la presidencia de don Rafael Martín-Fernández de 
la Torre, a la que asistieron los presidentes de las Mancomunidades de 
Cabildos de Las Palmas y de Santa Cruz de Tenerife, señores Alonso e 
Yllada, la Capitalidad y el Parlamento se alternaran entre las dos islas
 principales, o sea cada institución estaría cuatro años en cada capital
 provincial, pero que no coincidieran las dos en una para evitar la 
concentración del poder político total -como ocurre actualmente en Santa
 Cruz-, o si no la Capital en una isla y el Parlamento en otra, que 
sería menos costoso, máxime en la actual situación de crisis económica, y
 además un reparto equitativo de las consejerías y organismos, incluida 
la Audiencia de Cuentas. Para conseguirlo es necesaria la reforma del 
Estatuto de Autonomía en tal sentido. Pero esto es una utopía porque los
 áticos no accederán ya que su objetivo es conseguir para Tenerife el 
poder absoluto sobre el archipiélago, que no región. Por lo tanto, a 
Gran Canaria no le queda otra alternativa que la de su autonomía.
Para
 que la U. D Las Palmas ascendiera a la Primera División por segunda 
vez, hace muchísimos años, solamente necesitaba un punto para lograrlo 
directamente porque se proclamaría campeón de Segunda División. En el 
último partido de la liga tuvo que enfrentarse al C.D Tenerife, y el 
resultado fue empate a cero, con lo que consiguió su objetivo. Antes de 
celebrarse el encuentro, la prensa y radio chicharrerona fomentaron un 
ambiente hostil al equipo grancanario, llegando al extremo de producirse
 concentraciones ante el hotel donde se hospedó, recibiendo abucheos e 
insultos de la masa, e incluso "damas de la buena sociedad" santacrucera
 interpretaron una sonora pitada con los silbatos y pitos que portaban. 
Durante el partido sucedió lo mismo, y cuando finalizó con el resultado 
susodicho los jugadores del equipo chicharrerón no felicitaron a los del
 grancanario por su ascenso, y además, la mayoría de las personas que 
fueron entrevistadas por los cronistas deportivos de nuestros periódicos
 y emisoras radiofónicas, contestaron que habrían preferido que 
ascendiese un conjunto peninsular. Desde hace más de cuarenta años dejó 
de interesarme el balompié, y ni siquiera veo los encuentros televisados
 aunque intervenga la selección nacional, y me ha dejado totalmente 
indiferente que se haya proclamada campeona de Europa o del mundo; es un
 "deporte" que no soporto, aunque fuera aficionado en mis años 
juveniles. Si he traído a colación este "derby" -como se denomina 
actualmente- regional es para mostrar, una vez más, el "cariño" que nos 
tienen nuestros "hermanos" chicharrerones. No obstante estas vilezas, no
 odio a Tenerife -en mí no cabe ese abominable sentimiento (ni siquiera 
odié al tirano Franco), -lo máximo que siento es antipatía o desprecio-,
 la he recorrido varias veces en coche, y he dado la vuelta a la isla, 
llegando a sus lugares más recónditos, excepto Mazca, por su difícil 
acceso; es una de mis frustraciones junto con la bajada a la Caldera de 
Taburiente. En mi última visita, harán unos cuatro años, quedé 
horrorizado por los atentados ecológicos cometidos en el Norte, y 
particularmente en el que fuera hermoso valle de La Orotava -que 
entusiasmó a Humboldt-, plagado de urbanizaciones que lo afean; la guía 
de la guagua turística en la realicé el paseo, exclamó indignada: "Aquí 
no hay más que cemento, cemento y cemento".
Cuando veo fotografías de
 las manifestaciones y concentraciones multitudinarias que se realizaron
 en nuestra ciudad, a las que asistieron numerosos lanzaroteños y 
majoreros, y la presencia de muchísimos jóvenes -entre ellos mi padre- 
inflamados de fervor patriótico, para reclamar la división provincial, y
 también las de la magna manifestación por nuestra Universidad -en la 
que participamos mi esposa y yo-, alentadas por una prensa patriótica, 
experimento al mismo tiempo envidia por aquellos memorables 
acontecimientos y una enorme frustración por la inepcia de nuestros 
políticos -sin distinción ni excepción de partidos-, que no cumplen lo 
que prometieron en las campañas electorales de defender nuestra isla y 
contribuir a su progreso, NO ACEPTAN QUE ESTÁN A NUESTRO SERVICIO- y no 
al revés- porque para eso les concedimos nuestros votos, y no admiten 
las críticas o censuras a sus errores -voluntarios o involuntarios-, 
olvidando que están inexorablemente sujetos a ellas y tomando 
represalias contra los que las efectuamos; y por la apatía y el 
pasotismo de nuestra juventud, que no comprende, o no quiere comprender,
 que está en juego su futuro y el de sus descendientes; pero no toda la 
culpa se la imputemos a ella ya que en una importantísima parte le 
corresponde a nuestros medios de comunicación, principalmente a la 
prensa que casi nada hace para que tome conciencia de la gravísima 
situación en que se encuentra Gran Canaria por las tropelías que sufre 
por parte del Gobierno Atinómico y del descarado y antiestatutario trato
 de favor a Tenerife. La Provincia nada tiene que ver con la fundara don
 Gustavo Navarro Nieto, ni con la de algunas décadas atrás, antes de que
 la adquiriera un valenciano, Moll de Miguel, que también es propietario
 de La Opinión de Tenerife, y por lo tanto no le interesa que se 
produzcan enfrentamientos, por ello a todo lo más que se atreve la 
dirección de La Provincia es a dar unas escuetas noticias de los 
perjuicios que sufre nuestra isla y su capital cuando los exponen 
tímidamente nuestros políticos, porque no les queda más remedio; pero no
 se compromete en los editoriales, y nuestros representantes públicos no
 expresan enérgicamente sus quejas porque temen a Guillermo García 
Alcalde, "personaje" influyente en Prensa Canaria, a la que llegó como 
simple redactor, y del que desconozco sus "méritos" para que haya sido 
nombrado Hijo adoptivo de Gran Canaria y de Las Palmas de Gran Canaria. 
¿Qué destacados servicios le ha prestado a la isla y a su capital, 
siquiera un artículo periodístico defendiéndolas de los insultos y 
falacidades de don Pepone? Yo considero que NINGUNOS, por eso me niego 
rotundamente a considerarle mi "hermano adoptivo". Y para colmo, el Club
 de Prensa Canaria, invitó al enemigo público nº 1 de nuestra isla, 
Paulino I de Canarias a pronunciar una conferencia. ¡Que bajeza! Tampoco
 Canarias7 se preocupa en imbuir el grancanarismo a nuestra juventud, 
posiblemente porque su propietario ambiciona que sea un periódico 
regional, pretensión imposible porque en Tenerife tienen tres periódicos
 con los que no puede competir, sobre todo con El Día, que según su 
dueño, el calumniador don Pepone, es el más vendido en Canarias. Sería 
interesante saber cuantos ejemplares vende Canarias7 en las islas 
orientales, y si le compensan lo suficiente como para no significarse 
más en la defensa de Gran Canaria. Claro que también los padres de esos 
jóvenes tienen la obligación de instruirlos en la historia del 
archipiélago y en los desmanes y tropelías cometidos por el imperialismo
 chicharrerón, sobre todo en los infaustos años para nuestra isla que 
Santa Cruz fue la capital única de Canarias. Pero, segura y 
desgraciadamente, que sus progenitores la desconocen. A todo lo más que 
se llega es a los insultos de las murgas carnavaleras y a las agresiones
 y pedradas a las guaguas donde viajan los jugadores de los equipos 
balompédicos de ambas capitales cuando se enfrentan por coincidir en la 
misma división, actos que rechazo totalmente. Hay que luchar con 
absoluta nobleza, convencidos de la justeza de nuestras pretensiones.
Yo
 repito una vez más que la ÚNICA solución para que el Gobierno Atinómico
 no continúe frenando y obstaculizando el progreso que Gran Canaria 
consiguió con la división provincial de 1927, es su constitución en 
Comunidad Autónoma independiente - y no le estoy arrebatando al amigo 
Arturo Cantero Sarmiento su paternidad de la idea sino continuándola-, y
 ello lo considero posible, vuelvo a repetir una vez más, según mi 
interpretación del apartado 2 del artículo 143 de la Constitución, 
capítulo tercero: De las comunidades autónomas, que expone: 2. "La 
iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones 
interesadas o al órgano interinsular correspondiente Y A LAS DOS 
TERCERAS PARTES DE LOS MUNICIPIOS CUYA POBLACIÓN REPRESENTE, AL MENOS LA
 MAYORÍA DEL CENSO ELECTORAL DE CADA PROVINCIA O ISLA. Estos requisitos 
deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo 
adoptado al respecto por alguna de las corporaciones locales interesadas
 (esto queda complementado por el artículo 151). Pienso que queda 
suficientemente claro, en mi opinión, la posibilidad de que una ISLA 
pueda constituirse en Comunidad Autónoma, pero no obstante mi 
convencimiento a este respecto, considero conveniente que lo ratifiquen o
 demuestren su imposibilidad los expertos constitucionalistas. Por 
supuesto, si los lanzaroteños y majoreros quieren unirse a esta 
iniciativa, puesto que pertenecen a la teórica provincia de Las Palmas, 
serían aceptados; pero dudo mucho que lo hicieran porque en Lanzarote, 
aunque se quejan bastante de abandono por parte del Gobierno Atinómico, 
la mayoría de sus habitantes sienten simpatía por Tenerife y antipatía 
hacia Gran Canaria, como he comprobado -mi hermana, hace algunos años, 
pidió en el Club Náutico de Arrecife una cerveza Tropical y le 
contestaron que no la tenían, al manifestar su extrañeza por ello, fue 
groseramente insultada por un individuo que estaba en la barra, 
despotricando de los grancanarios-, y desconozco los motivos de ese 
sentimiento hostil hacia nosotros ya que olvidan que el chicharrerón 
Juan Ravina, desatacó el Real decreto de 23 de Octubre de 1883, que 
ordenaba que el cable del telégrafo debía pasar por Lanzarote, y 
abusando de su cargo de Director Jefe del Centro de Santa Cruz del 
Cuerpo de telégrafos, logró el amarre en Tenerife, por lo que se truncó,
 una vez más, el legítimo desarrollo de la isla, pero lo pésimo es que 
no fue sancionado ni destituido de su cargo por su desobediencia a un 
poder superior, ¿porqué esta condescendencia desde Madrid con estas 
burlas y desacatos a la autoridad Real o al Gobierno Nacional?; no 
recuerdan que fue un grancanario, el ingeniero Juan León y Castillo, 
hermano del político, el autor de las mejoras del puerto de Arrecife, 
que significó el inicio de su progreso, y por ello está recordado en una
 calle de la capital lanzaroteña; y que cuando las erupciones volcánicas
 entre 1730 y 1736, que originaron el actual Parque Nacional de 
Timanfaya, y que arrasaron algunas localidades, su pobladores, en los 
años 1731 y 1732 emigraron a Gran Canaria, donde fueron recibidos con 
los brazos abiertos y ayudados generosamente -lo mismo que sucedió con 
los majoreros, los herreños, los palmeros y los tinerfeños; gomeros 
vinieron muy pocos, solamente recuerdo a Mario Hernández Álvarez, 
antichicharrerón furibundo-; esto lo relató el malogrado escritor 
lanzaroteño Agustín de la Hoz - al que conocí, que amaba a Gran Canaria,
 a la que venía frecuentemente, y no recuerdo si vivió aquí una 
temporada- en un artículo publicado en La Provincia; y en cuanto a los 
majoreros tengo mis reservas porque en Fuerteventura tiene mayoría en 
sus instituciones políticas Coalición Canalla, si no me equivoco, por lo
 que supongo que serán atendidos en sus peticiones. De todos modos, Gran
 Canaria no necesitaría de sus apoyos porque se basta por si sola para 
conseguir su autonomía siempre y cuando sus representantes políticos no 
se inhiban cuando esta iniciativa se plantee en el Congreso de los 
Diputados, donde habrán de formar una piña con independencia de sus 
ideologías, rompiendo, si fuera necesario, la disciplina de partido, 
porque TIENEN Y DEBEN anteponer el interés de su isla, pues ya debemos 
estar cansados de que desde Madrid nos impongan los dos principales 
partidos sus criterios acordes con sus intereses, que muchas veces 
lesionan los grancanarios, como esos infames pactos con los que 
mantienen a Coalición Canalla en la presidencia del Gobierno Regional 
que tanto perjudica a Gran Canaria, cuando lo racional sería un 
entendimiento entre ambos para desplazarla, como han hecho en 
Vascongadas con el PNV. Ahora, el triple ministro del Gobierno de Rajoy,
 José Manuel Soria, propone un pacto al Partido Socialista Canario para 
acabar con la permanencia de más de 30 años de Coalición-ATI o 
ATI-Coalición -que tanto monta- por "Higiene Política", alega, ¡y se da 
cuenta en estos momentos, presentándola como una idea suya, cuando no me
 hizo caso alguno en la mencionada entrevista, de triste recuerdo para 
mí, cuando se lo propuse! -creo que el Secretario General de los 
Socialistas Canarios, José Miguel Pérez, no lo aceptará porque es afín a
 Jerónimo Saavedra, que estaba obsesionado y desesperado por pactar con 
Coalición, y para conseguirlo eliminó el obstáculo que era Juan Fernando
 López Aguilar. Y de ser posible ese pacto, ¿quién nos garantiza la 
ecuanimidad de los populares y socialistas de Tenerife? Porque ellos por
 encima de las ideologías son ante todo tinerfeños, de lo que tenemos 
abundantes ejemplos, como el del famoso pleno del Ayuntamiento de Santa 
Cruz ya citado anteriormente, que negó por unanimidad de su corporación,
 compuesta por UCD, PSOE, UPC. PC y AL, la estancia de Colón en Gran 
Canaria. Lo que TENDRÍAN Y DEBERÍAN conseguir nuestros políticos es que 
sus compañeros en el Congreso y en el Senado comprendieran sus razones y
 las apoyaran en las votaciones. Para obligar a nuestros políticos a 
comprometerse en la cuestión de la autonomía para nuestra isla no 
encuentro otra opción que una gran manifestación popular -similar a la 
de la prouniversidad- con participación de habitantes de todos sus 
municipios, cuya convocatoria, ante la inexistencia de un partido 
grancanarista, sugiero a la Junta de Gobierno de la Real Sociedad 
Económica de Amigos del País -de la que soy miembro- mediante un 
manifiesto que se enviaría a todos los medios de comunicación canarios: 
prensa -La Provincia (que no quiero creer que se niegue a publicarlo) y 
Canarias7 (que confío que sí lo publicaría), emisoras radiofónicas y 
canales locales de televisión: El Independiente de Canarias y Canal9, 
porque con TVE en Canarias, aunque su Dirección regional esté aquí, 
según creo aunque no me sorprendería que la hubiesen trasladado a 
Tenerife, es proclive a esa isla, de la que ofrecen más noticias en los 
telediarios, tanto nacionales -por esto, cuando nuestro viaje a Rusia 
hace un par de años, todos nuestros compañeros peninsulares del grupo, 
nos preguntaron si éramos de Tenerife- como canarios, no hay que contar,
 y mucho menos con la mal llamada Televisión Canaria, cuyo nombre 
correcto debe ser Televisión de Tenerife, que no veo. La manifestación 
que propongo partiría desde la plaza de la Feria y recorrería las calles
 León y Castillo y Bravo Murillo, para detenerse ante el Cabildo de Gran
 Canaria, a cuyo Presidente, José Miguel Bravo de Laguna, se le 
entregaría la propuesta para la autonomía de la isla, que él, por su 
cargo de representante de ella, debería tomar en consideración y 
plantearla en su partido. Que no crea que con reponer la banderaza de 
Gran Canaria en las inmediaciones de la fuente luminosa ya ha cumplido 
con su obligación de defender y hacer progresar la isla, y que hemos 
olvidado y perdonado el gravísimo "error" -por no calificarlo más 
duramente- que cometió con sus concesiones en el ya mencionado Pacto de 
Medinaceli, tan lesivo para ella. Yo quiero ser optimista y creer que, 
ante el clamor y presión popular, los demás políticos grancanarios 
pertenecientes a los otros partidos se unirían a este proyecto -como lo 
hicieron cuando la Universidad- aunque fuera por su interés personal. 
Igualmente estimo que el grupo de opinión Tamarán debería olvidarse, 
aunque sea por una vez, de contestar las majaderías de don Pepone, y 
redactar otro manifiesto a publicar en los mismos medios de comunicación
 grancanarios, en el que se expusieran todos los abusos, despojos y 
tropelías que sufre Gran Canaria por parte del Gobierno Atinómico para 
conocimiento de todos sus habitantes y conseguir que reaccionen como 
corresponde y superen su vergonzosa sumisión. Si no somos capaces de 
luchar con denuedo por nuestra isla, ésta continuará siendo oprimida 
cada vez más por el Gobierno Atinómico, que seguirá indefinidamente 
presidido por áticos gracias a los pactos con PP o PSOE, que la irán 
deprimiendo paulatinamente hasta convertirla en una más de las seis 
satélites de Tenerife, que será la soberana del archipiélago, y hasta 
nos quitarán el Gran de nuestro nombre, como continuamente propone y 
exige don Pepone; perderemos definitivamente nuestro prestigio 
histórico, que no posee isla alguna de nuestro archipiélago, y que 
nuestros descendientes no conocerán porque suprimirán todos los 
vestigios de nuestra superior cultura aborigen que era la más avanzada 
del archipiélago -allá exponen para su venta reproducciones de nuestras 
pintaderas y del ídolo de Tara, con la intención de hacerlos pasar como 
obra de sus aborígenes --; hasta ahí llega su campaña de despojos- y los
 títulos y nombramientos que obtuvimos de la corona castellana después 
de la conquista. Le he hecho la propuesta de esta Autonomía para Gran 
Canaria a José Manuel Soria, Juan Fernando López Aguilar, José Miguel 
Pérez y Román Rodríguez, quienes -con la excepción de Soria ha sido el 
único que me ha recibido, aunque mejor no lo hubiera hecho por su 
decepcionante y censurable respuesta- no me han contestado, siquiera por
 educación aunque me expresaran su desacuerdo. 
Pido disculpas por la
 gran extensión de esta conferencia, pero he querido que los oyentes, si
 han resistido hasta su final, queden informados totalmente de las 
enormes falsificaciones históricas de los chicharrerones; de todas las 
tropelías que sufrieron nuestros antepasados cuando el que fuera mísero 
barrio portuario de La Laguna, Santa Cruz, fue designado capital del 
archipiélago gracias a intrigas y adulaciones, sin poseer pasado 
histórico ni categoría ni alcurnia; de todas las viles campañas que 
realizan para desprestigiar nuestra isla y su capital tanto en la 
península como en Europa, como he demostrado con pruebas fehacientes. 
Hay que impedir valiente y noblemente que ese indigno hecho vuelva 
repetirse porque significaría la ruina y la esclavitud de Gran Canaria. 
Si esto sucediera por la dejación de nuestros políticos, por la cobardía
 de nuestros medios de comunicación, y por el entregamiento de nuestro 
pasivo pueblo, yo, al menos, tendré la satisfacción de haber cumplido 
con mi deber como grancanarista acérrimo al denunciarlo, por lo que mi 
responsabilidad histórica habrá quedado a salvo de las censuras de mis 
descendientes y de mis coterráneos.
Y finalizo con unos versos del 
inolvidable don Félix Alonso Suárez, fundador de la Asociación Benéfica 
Cruz Blanca, cuya altruista labor no ha merecido otro recuerdo por 
nuestro Ayuntamiento, que dar su nombre a una simple y modesta rotonda 
en las inmediaciones de la avenida Juan Carlos I:
Soy grancanario y esto me basta.
No envidio patria ni otra región.
Esta es mi gloria, esta es mi dicha:
Ser grancanario de corazón.
¡Que
 igualmente lo seamos todos los que en Gran Canaria nacimos y habitamos!
 ¡Imitemos a don Antonio Rumeu de Armas, quien no tuvo reservas de clase
 alguna para mostrar palmariamente su ultracicharreronismo cuando 
nuestra magna manifestación por la universidad, evidenciando la falsedad
 de su ecuanimidad!
Conferencia pronunciada en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, el día 10 del corriente mes.
CONCLUSIÓN
 FINAL: sufrí una tremenda decepción por la escasa asistencia de público
 a mi disertación, que ocupó escasamente la mitad del aforo del salón de
 actos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria.
 A los que acudieron y soportaron heroicamente hasta el final mi 
extensísima conferencia -dos horas aproximadamente-, porque expuse 
exhaustivamente hechos y datos, muchos hasta ahora desconocidos o no 
recordados -y no estoy presumiendo de ser su ÚNICO conocedor, 
obviamente- que consideré, y considero, NECESARIO que sepan los 
grancanarios, les expreso mi total agradecimiento por su paciencia 
jobiana, porque demostraron indiscutiblemente ser AUTÉNTICOS 
GRANCANARISTAS y porque comprenden -como yo- que Gran Canaria MERECE Y 
NECESITA todo el tiempo del mundo. Tuve que hacer un gran esfuerzo para 
no interrumpirla por la afección que sufría mi garganta, y para 
continuarla tuve que tomar agua varias veces, como pudieron observar los
 asistentes. Alguien intentó "justificar" ese reducido número de oyentes
 diciéndome -quizá para "consolarme"- que esa tarde se televisaba un 
encuentro balompédico de la liga nacional entre el Barcelona y el 
Getafe, un modesto equipillo que ocupa, según creo, los puestos bajos de
 la clasificación; ni siquiera era de los "grandes" -R. Madrid, 
Valencia, Sevilla...-, ni una competición europea o un partido de la 
selección nacional. Pero aún en estos últimos casos, tenía la ingenua y 
errónea creencia de que el interés de Gran Canaria se antepondría a 
cualquier otra actividad lúdica. Los españoles están, lamentablemente, 
más alienados e hipnotizados por ese "deporte" que en la tenebrosa época
 de Franco, del que se aseguraba lo fomentaba para que el pueblo no 
cayera en la cuenta de los graves problemas políticos, sociales y 
económicos que aquejaban a España, y de la feroz represión que se 
practicaba contra cualquier tipo de oposición al régimen, pues 
actualmente se llega a extremos tan asombrosos como los de que el Rey 
-con todos mis máximos respetos por él, que sin ser monárquico tiene mis
 simpatías, ya un poco menos por su censurable viaje para cazar 
elefantes, aunque he de reconocerle su humildad al manifestar que lo 
sentía y que no volvería a suceder- ennoblezca al seleccionador Vicente 
del Bosque con el título de marqués, y no lo estoy despreciando como 
persona ni como profesional; pero entonces, los jugadores, que con su 
entusiasmo, su lucha y su clase fueron los que principalmente hicieron 
posible conseguir el campeonato mundial de balompié, ¿qué reconocimiento
 merecían recibir? Tampoco estoy subestimando al deporte -lo practiqué 
como aficionado durante muchos años, especialmente la halterofilia y la 
natación- sino censurando su sublimación como si fuera una manifestación
 del intelecto humano; hay unas distinciones adecuadas para los éxitos 
conseguidos por los relevantes deportistas, sobre todo los no 
profesionales y no los que perciben emolumentos exorbitantes. Ante esto 
(conceder un título nobiliario por un hecho tan baladí) no me interesa 
en absoluto pleitear para reclamar el marquesado de Guadalerzas, que 
correspondía a mi abuelo materno palmero Ricardo Nieto González al 
fallecimiento de su tía Carolina -de ella le vino el nombre a mi madre- 
Nieto y Pérez en 1929, y del que se despreocupó hasta el extremo de 
permitir con su indiferencia que se lo usurparan, porque, al margen de 
títulos nobiliarios ya que me parece fútil el concepto de aristocracia, 
me defino como Ortega: "Yo soy yo y mis circunstancias", nada más y nada
 menos, y con esto dejo patente mi postura sobre esa cuestión, pues con 
marquesado o sin él seguiré siendo el mismo hasta el final de mi 
existencia. El primer marqués de Guadalerzas fue mi tataratío Matías 
Nieto y Serrano -hermano de mi tatarabuelo, el Teniente Coronel y 
Gobernador Militar de La Palma, Ricardo Nieto y Serrano-, título que le 
fue concedido el 13 de Febrero de 1893 por la Reina Regente María 
Cristina, durante la minoría de edad de Alfonso XIII, que fue Presidente
 de la Real Academia de Medicina y Senador del Reino, entre varios 
cargos, y, según sus biógrafos, una de las figuras más relevantes de la 
Ciencia Española del siglo XIX, perteneciendo a más de 50 sociedades 
científicas extranjeras, en las que fue muy estimado por su erudición y 
calidad científica, recibió las Grandes Cruces de Beneficencia de Isabel
 la Católica y de María Cristina, aparte de innumerables distinciones, 
diciendo Sánchez Rubio que él era "todo un monumento viviente, como la 
ciencia desplegada por su sabiduría"; además publicó una serie de obras 
de carácter filosófico. He traído a colación la historia del marquesado 
de Guadalerzas, no para presumir de "sangre azul", que es una absoluta 
memez, sino para que se vea que es relativamente moderno, pues solamente
 tiene 119 años de antigüedad (y en tan poco tiempo no podría mi sangre 
cambiar de color), por lo que no es en modo alguno de los "históricos"; a
 mí lo que realmente me interesa y admiro es la valía personal y 
profesional de Matías Nieto y Serrano, que, según he expuesto más arriba
 en su breve biografía, fue un eminente científico en su tiempo; tengo 
la impresión de que mi abuelo materno tenía el mismo pensamiento que yo 
sobre la cuestión de la aristocracia, y por ello no se interesó o 
preocupó por el título, porque lo verdaderamente digno de reconocimiento
 es la nobleza personal, tanto en el ámbito familiar como en el 
profesional y en el social y no el adquirido por un título, concedido en
 numerosas ocasiones muy alegre e irresponsablemente, y sin auténticos y
 relevantes meritos o valores humanísticos -ciencia, arte o servicios a 
la nación y a la sociedad- para recibirlos. O en la del "pan y toros" 
del absolutismo; o en la del "panis et circus" del imperio romano. ¡Qué 
tristeza! Y tampoco les interesa, ni preocupa, la deplorable situación 
de nuestra isla a los casi 350 socios de nuestra Real Sociedad Económica
 de Amigos del País de Gran Canaria, por lo menos a una minoría que 
llenase el salón de actos. Entonces ¿para qué están afiliados a ella si 
no sienten interés ni preocupación por Gran Canaria? ¿Ni a sus 
directivos? ¿Para qué lo son? Se asemejan a nuestros ineficaces 
políticos que, salvo excepciones rara avis, no luchan por ella. ¿Dónde 
estaban ese día 10 todos aquellos -a excepción, por supuesto, de los 
fallecidos o ausentes de la isla- que el 5 de Mayo de 2005 colmaron el 
salón de actos del Círculo Mercantil en la presentación del Partido 
Doble Autonomía, acaudillado por Arturo Cantero? ¡Qué diferencia de 
interés por nuestra isla! Comprendo que muchísimos estén decepcionados 
por tantos intentos fallidos, pero yo no presentaba un partido 
insularista (y qué si lo fuera, ¿acaso no lo hay, y con muchísima fuerza
 y poderío en Tinerfelandia? Como muestra tenemos el tremendo escándalo 
que organizaron por el distrito único universitario con sede en la 
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, mientras nuestras fuerzas 
¿vivas" guardaban absoluto silencio), y mucho menos POLÍTICO- quiero que
 este concepto quede perfectamente CLARO PARA SIEMPRE- ya que no me 
considero capacitado para esa empresa; solamente quería, y quiero, que 
se conozcan la REALIDAD de nuestra Comunidad Autonóma y todas las 
tropelías que cometió y comete contra Gran Canaria y su capital, la 
Ciudad Real de Las Palmas de Gran Canaria, el imperialismo chicharrerón,
 y se rebelen contra él los grancanarios convirtiéndose en 
grancanaristas; el no hacerlo significaría pedir el encadenamiento. Yo 
he cumplido con mi DEBER HISTÓRICO como tal al denunciarla.
He 
sabido, con gran amargura, que la mayoría de la Junta de Gobierno de la 
Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria ha rechazado 
mi propuesta de que asumiese la convocatoria de una manifestación 
popular para despertar el dormido -no quiero creer que perdido 
definitivamente- sentimiento grancanarista de nuestros coterráneos, 
porque, alegaron que su finalidad -la de la Real sociedad Económica- no 
es la política, pero incurren en una gran contradicción porque ¿acaso no
 es "política" la reforma del sistema electoral canario que promueve, 
exponiendo en el local social impresos para recoger firmas que apoyen 
esa iniciativa? -que yo también he firmado-. La respuesta es 
rotundamente sí, o sea que es POLÍTICA incuestionablemente; y yo les 
sugiero que aprovechen esa coyuntura para pedir igualmente la también 
NECESARIA REFORMA del Estatuto de Autonomía, con un equitativo reparto 
de las principales instituciones: el Gobierno en una capital 
suprimiéndose la alternancia cuatrianual, y el Parlamento en otra, e 
igualmente las consejerías y organismos, olvidándose del Pacto de 
Medinaceli por desfasado y porque no tiene el carácter de inmutable y 
que HAY QUE ADAPTAR a las actuales circunstancias; y esto lo apoyaría 
sin reservas y descartaría definitivamente la autonomía para Gran 
Canaria, ÚNICAMENTE SÍ ASÍ SE REALIZARA. Pero como buen demócrata acepto
 la decisión de mis consocios miembros de la junta de Gobierno de la 
Real Sociedad Económica con su Director al frente, que votaron en contra
 de mi proposición, aunque no la comparto porque considero que no han 
entendido los motivos que me impulsaron, casi me obligaron, a 
formularla. Por eso les propongo que mantengamos una amigable y amistosa
 reunión para intercambiar nuestras respectivas opiniones, con absoluto 
respeto para todas en razón de los cánones de la auténtica democracia. 
Confío en que no se desprecie mi petición, que estimo razonable, pues en
 caso contrarío se me infligiría una ofensa que, por dignidad personal, 
me obligaría a renunciar a mi condición de socio de nuestra querida Real
 Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, en la que 
ingresé con tanta ilusión para aportar mi insignificante contribución al
 renacimiento y reconocimiento de la importancia histórica de Gran 
Canaria, y de su capital, la Ciudad Real de Las Palmas de Gran Canaria 
en nuestro archipiélago, sin pretensiones hegemónicas. Que quede esto 
absolutamente claro. Igualdad sí, pero claudicación JAMÁS. 
Después 
de esto no volveré a insistir sobre el tema -aunque estoy predispuesto 
al diálogo en el supuesto de que reconsiderasen su decisión ante hechos 
tan palmarios sucedidos, que suceden y que sucederán fatalmente, y 
quisiera equivocarme- y, como Hernán Cortés, quemaré mis naves, porque 
no me es posible recorrer las calles de la capital, de las ciudades y de
 los pueblos de la isla con una pancarta y un megáfono para comunicar mi
 intención, entre otras cosas por mi edad -no por falta de entusiasmo- o
 porque me tomarían por un orate o porque me acusarían de perturbar el 
"orden público", expresión tan utilizada por el franquismo. También 
continuo aguardando, aunque cada vez con menos esperanzas, que el grupo 
de opinión Tamarán redacte y publique ese manifiesto que le sugerí en mi
 disertación, denunciando, para conocimiento de nuestro pueblo, la 
situación de presión que sufre Gran Canaria. Por lo visto solamente les 
interesa a sus miembros ocuparse de las delirantes majaderías del 
paranoico don Pepone. Ante esta inhibición y esta pasividad, me siento 
completamente DECEPCIONADO.
Tuve un buen amigo, Leopoldo Navarro 
Wood, abogado -fue, por el turno de oficio, el defensor de "El Rubio", 
al que se le imputaba el asesinato del industrial Eufemiano Fuentes, que
 se encerró en un absoluto mutismo y no le facilitó información alguna 
para poder realizar su defensa siquiera con mediano acierto, esta es la 
verdad, y lo hago constar porque Leopoldo fue acusado injustamente en 
algunos círculos de nuestra ciudad de inepto por haber sido condenado su
 defendido- y violinista de la Orquesta de la Sociedad Filarmónica de 
Las Palmas de Gran Canaria y de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria,
 que llegó a los 94 ó 95 años de edad. Yo iba a visitarle con alguna 
frecuencia a su domicilio, pues ya no salía a la calle, y charlábamos 
durante un par de horas, más o menos. Siempre me hacía la misma 
pregunta: "¿Para qué, Carmelo?" Se refería a para qué seguía viviendo, y
 yo le decía "No puedo contestarle a esa pregunta Leopoldo, pero usted 
todavía tiene su esposa y sus descendientes que le quieren, y amigos que
 le aprecian, y por lo tanto no está solo como otros". Pero no se 
quedaba muy convencido con mi respuesta porque estaba obsesionado con el
 ¿para qué? Ahora soy yo el que me hago la misma pregunta, pero no con 
relación a mi existencia, sino ¿para qué mi disertación sobre la 
marginación y el expolio del Gobierno Atinómico -con la connivencia en 
unas ocasiones del PP y en otras del PSC-PSOE-, de Gran Canaria, si 
NADIE me ha hecho ni me hará caso? Rindo la lanza de mi pluma -ahora 
ordenador- porque, ante la total y absoluta ausencia de colaboradores, 
no voy a ser un nuevo Don Quijote que luche insensatamente contra los 
molinos de viento de la mal llamada Coalición Canaria, cuyas aspas, 
formadas por los que todos sabemos, pues tienen nombres y apellidos, 
muchos nacidos en esta isla a la que traicionan por un carguito, me 
harían rodar por los suelos, como al Ingenioso Hidalgo de La Mancha, y 
no deseo correr su misma suerte. De todos modos, esta ópera trágica 
titulada "Gran Canaria, traicionada por sus políticos -sin distinción de
 partidos- y entregada por sus hijos a su secular enemigo que le juró 
odio eterno: Chicharrelandia", ya tiene compuesta su obertura: "Los 
esclavos felices", de Juan Crisóstomo Arriaga, y el coro "Va' pensiero",
 de los prisioneros hebreos, de Nabucco, de Giuseppe Verdi, así como un 
aria: "Sola, perduta e abbandonata", de Manón Lescaut, de Puccini. Falta
 conocer el número de actos que tendrá, pero si sabemos su final: 
Delenda est Gran Canaria. Yo, optimistamente, tenía la esperanza de que 
terminaría con el grandioso cierre del cuadro II del acto II y último de
 la ópera Leonora, de Ludwig van Beethoven, en el que don Fernando, 
ministro de Justicia, libera a los atormentados prisioneros del 
siniestro gobernador don Pizarro (aquí Paulino I de Canarias) de las 
lóbregas mazmorras donde los tenía encerrados; pero me equivoqué total y
 lamentablemente. Creo que el simbolismo está perfectamente claro.
Aparte
 de todo lo dicho, también creo que es el momento adecuado para que el 
afamado historiador -que le viene por tradición familiar- Agustín 
Millares Cantero escriba un libro similar a "Santa Cruz dominadora", que
 tanto éxito de difusión y ventas ha alcanzado, en el que denuncie con 
su buena pluma que nuevamente esa pequeña ciudad intenta, si no repetir 
los conocidos desmanes, si al menos asumir la capitalidad real y 
absoluta de Canarias, lo que tenemos que impedir, cueste lo que cueste.
Y
 para poner punto final. Si ayer acusé de cinismo a José Manuel Soria 
por los motivos que expuse con claridad meridiana en mi disertación, 
ahora tengo la ineludible obligación de acusar de lo mismo a José Miguel
 Pérez, vicepresidente del Jodierno Atinómico, que no justifico en modo 
alguno -mi ideología creo que es más que conocida por mis lectores y 
está en las antípodas del PP- ni acepto, que "olvida" que Rodríguez 
Zapatero nos engañó miserablemente con aquel Consejo de Ministros que se
 celebró en Las Palmas de Gran Canaria, que acordó un "plan especial" 
para Canarias, del que no hemos visto ni una sola muestra, al menos en 
Gran Canaria, porque SÍ fue generoso con Tinerfelandia por el apoyo de 
los dos diputados de Coalición Canalla en el Congreso de los diputados. 
¡Cómo le traiciona su "memoria"!
Tercera y última parte de la 
disertación pronunciada el día 10 de los corrientes, en la Real Sociedad
 Económica de Amigos del País de Gran Canaria.
ACLARACIÓN: el número 
de fragatas de la flotilla de Nelson eran tres, como puede fácilmente 
colegirse de sus nombres citados, o sea, que el total de embarcaciones 
de la misma eran nueve, que, según Rumeu de Armas realizaron el 
IMPONENTE ATAQUE, -casi como el desembarco aliado en Normandía en la 
segunda guerra mundial- quizá para darle un carácter más heroico a la 
defensa y rechazo de la invasión por las fuerzas al mando del capitán 
general Antonio Gutiérrez, en las que, a más de militares se habían 
incorporado civiles procedentes de todas partes de la isla y un 
destacamento francés que estaba allí prisionero, y hacer creer que se 
enfrentaron a un enemigo numéricamente superior. También Rumeu califica 
este hecho de RESONANTE VICTORIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE SOBRE LA 
"ESCUADRA" DEL "CONTRALMIRANTE NELSON" -que ya he demostrado con fechas 
que todavía no ostentaba ese grado en propiedad sino que era capitán de 
navío en FUNCIONES de contralmirante- que, según el historiador 
santacrucero, "contaba con 1000 hombres, entre ellos los 250 soldados 
veteranos del capitán Olfrield", y que en la Historia de Nelson se lee 
que la flotilla "tenía una dotación de 700 hombres en la que no habían 
soldados, que Nelson consideraba imprescindibles en una operación de 
conquista". ¿De donde se sacaría Rumeu esos "250 soldados veteranos del 
capitán Olfrield"? No lo prueba en absoluto con datos fiables. Así que, a
 Antonio Rumeu de Armas, le pudo más su chicharronerismo que su rigor 
como historiador, que no desmerece en modo alguno esta parcialidad por 
el barrio portuario lagunero entonces, en el que nacería siendo ya 
ciudad después de arrebatarle la capitalidad de la isla a La Laguna. Lo 
que queda DEMOSTRADO INDISCUTIBLEMENTE es que no fue un "Imponente 
ataque" ni una "Resonante victoria" sobre la "escuadra", sino una 
escuadrilla, no del "contralmirante" sino del capitán de navío en 
FUNCIONES de tal, Horacio Nelson.
POST SCRIPTUM: a un tal Manuel 
Fernández, perteneciente al PP, se le ha ocurrido la "genial idea" de 
proponer la eliminación de los Cabildos de Gran Canaria y Tenerife 
porque, alega, que sus funciones ya las realiza el Jodierno Autónomo. Y 
los de las restantes islas ¿no? Este "inteligente" sujeto ignora que 
para realizar su dislatada propuesta HABRÍA QUE REFORMARSE LA 
CONSTITUCIÓN porque conculca el artículo 141, nº 4, que expone: "En los 
archipiélagos, las islas tendrán además su administración propia en 
forma de CABILDOS (mayúsculas mías) o Consejos". El señor Fernández, en 
vez de desvariar tan penosamente, debería informarse debidamente sobre 
el tema con la lectura de la Constitución. Lo que sí debería 
preocuparle, y mucho, es el inmenso derroche de las Comunidades 
Autónomas -también contempladas en la Constitución, y que, a título 
personal, considero una gran equivocación su creación- que han 
engendrado una monstruosa oficinacracia - neologismo de mi invención, 
que equivale al galicismo burocracia- con cientos y hasta miles de 
"asesores" por enchufismo, que perciben suculentos emolumentos que 
pagamos todos los habitantes de cada Comunidad, mientras nos disminuyen 
nuestros salarios o nuestras pensiones de jubilados y nos aumentan los 
impuestos descaradamente para pagarles sus elevados sueldos, sus coches 
oficiales y sus innecesarios e injustificables viajes (como el de 
Paulino I de Canarias a Marruecos para entrevistarse con Mohamed VI. 
¿Qué interés tiene para nuestro archipiélago esa visita?), y el 
mantenimiento de innecesarias televisiones autonómicas y también 
innecesarias policías autonómicas -un muy querido amigo valenciano me ha
 comunicado que el Gobierno Autonómico de su comunidad, hasta hace poco 
presidido por el incalificable Camps, el del inaclarado "caso Gürtel", y
 la alcaldía de la capital, la HAN ARRUINADO COMPLETAMENTE, sobre todo 
con el impresionante derroche de la "Ciudad de las Artes y de las 
Ciencias", obra del arquitecto Calatrava, cuyos proyectos al 
finalizarlos cuestan TRES O CUATRO VECES MÁS que el inicial, y como 
ejemplo tenemos el auditorio de Santa Cruz de Tinerfelandia, burda 
imitación del edificio de la Ópera de Sidney 
(Magnífica muestra de 
arquitectura moderna), que parece (el de Santa Cruz, obviamente) un 
casco de bombero; y con la contratación para dirigir su orquesta y su 
festival de ópera (me refiero, como el lector habrá colegido, a 
Valencia) a dos de los más importantes y cotizados directores actuales: 
Lorin Maazel y Zubin Mehta, "lujo" que no puede permitirse ni Nueva 
York-. ¡Y tiene el Presidente Nacional, Mariano Rajoy, la gran 
desfachatez de pedirnos sacrificios y austeridad a los peor pagados o a 
los que tenemos unos pequeños ahorros y de encarecernos la sanidad 
pública y los medicamentos! Igualmente el Presidente del Cabildo de Gran
 Canaria, José Miguel Bravo de Laguna, está empeñado en la construcción 
de un nuevo centro deportivo -proyecto que heredó de su predecesor, el 
socialista José Miguel Pérez, otro que bien baila- para que en el se 
celebren 3 ó 4 partidos del campeonato mundial de baloncesto -ahora se 
dice basket, anglicismo que es "más elegante" que la palabra castellana-
 que parece tendrá su sede en España. Creo que la actual coyuntura 
económica no está para esos dispendios, pero si se justifica 
públicamente que los beneficios dinerarios que se obtengan superan 
bastante los gastos de su edificación, le doy mi visto bueno, SIEMPRE 
que lo demuestre de modo transparente y comprobable.
Y para continuar
 rizando el rizo, nuestro Diputado del Común -¿Para qué servirá ese 
cargo, porque cuando necesité acudir a él, aunque era su predecesor el 
que lo desempañaba, no me resolvió mi denuncia?- mi "amigo", el inefable
 Jerónimo Saavedra, verdadero "avidus officii", que se resiste con 
absoluto denuedo a abandonar la vida pública, ha declarado que "debe 
tener 12 asesores" (¿) y que "en 4 de las islas constituyen el único 
personal que trabaja para la institución". O sea, más "enchufados" 
cobrando de nuestros dineros. Y esto lo dice un "supuesto" socialista, 
que si fuera consecuente con su condición de tal, lo que MORALMENTE 
debería pedir, para ahorrar gastos innecesarios, injustificables e 
improcedentes en las actuales circunstancias de escaso nivel económico, 
es el cierre -al menos temporal hasta que se produzca esa, bastante 
lejana por desgracia general según los cálculos de los expertos 
monetarios nacionales e internacionales, anhelada recuperación 
financiera- de las oficinas en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz 
de Tinerfelandia, porque para su misión es más que suficiente la de 
Santa Cruz de La Palma, donde tiene su sede oficial la tal "Diputación 
del común". Y si Jerónimo se aburre en una ciudad tan pequeña porque él 
es amante de los eventos culturales, principalmente los conciertos de 
música selecta, sea sinfónica o de cámara -no se puede olvidar que hasta
 su nombramiento de Diputado del común, que él buscó insistentemente, 
pactando con el diablo (no creo en su existencia, por supuesto) si fuera
 necesario, para conseguirlo, fue Presidente de la Sociedad Filarmónica 
de Las Palmas de Gran Canaria- y de la ópera -es socio de honor de los 
Amigos Canarios de la Ópera (ACO) de Las Palmas de Gran Canaria- y allí 
no puede disfrutarlos, pues lo honesto es renunciar a ese cargo, 
olvidarse definitivamente de la vida pública, que ya tiene edad para 
ello -la misma mía- y venirse a vivir a su casa en Vegueta para gozar de
 la actividad cultural de su ciudad natal. Pero no lo hará porque su 
desmesurada obsesión -en este aspecto es igual al bajobarítonotenor Pepe
 Plácido Domingo- "el cantante ABSOLUTO", según el periodista ignaro en 
canto Luis María Ansón, porque abarca las tres cuerdas masculinas, hecho
 ÚNICO E IRREPETIBLE en la historia de la Ópera- inmenso ególatra 
(enfermedad psíquica), que carece totalmente de profesionalidad y 
dignidad para retirarse de los escenarios operísticos y sigue y seguirá 
emitiendo sonidos vocales, que no cantando in sensu stricto, aunque lo 
saquen en silla de ruedas o en camilla- por un carguito es superior a 
sus inquietudes culturales, y no logrará vencerla sino cuando ya se 
encuentre imposibilitado físicamente por el paso y el peso de los años 
-que le deseo sinceramente que alcance muchos y que yo pueda verlo-, 
pero no mentalmente.
 Carmelo Dávila Nieto
Ortega Smith-Molina, VOX
                      -
                    
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